385 384 La Tierra y sus minerales La vizcacha le dijo que era una buena idea y le preguntó si quería jugar con ella. Chispita aceptó feliz, y juntos exploraron las montañas del Perú, aprendiendo sobre la naturaleza y divirtiéndose mucho. Finalmente, Chispita se encontró con un puma majestuoso que estaba cazando. —¡Hola! —le dijo Chispita—. ¿Cómo estás? —¡Hola! —le respondió el puma—. Estoy bien. —Soy Chispita —dijo el duende—. Soy un duende de la montaña y me encanta explorar y hacer amigos. También trato de cuidar a las plantas y los animales. El puma le dijo que era una buena idea y le preguntó si quería jugar con él. Chispita aceptó feliz, y juntos exploraron las montañas del Perú, aprendiendo sobre la naturaleza y divirtiéndose mucho. Al día siguiente, Chispita se encontró con un niño que estaba pastoreando sus ovejas. —¡Hola! —le dijo Chispita—. ¿Cómo estás? —¡Hola! —le respondió el niño. —¿Quieres jugar conmigo? —le preguntó Chispita. El niño aceptó jugar con Chispita, y juntos exploraron las montañas del Perú, aprendiendo sobre la cultura y la naturaleza, y divirtiéndose mucho. Pero al final del día, el niño comenzó a llorar porque no había ido a vender sus papas al mercado del pueblo, como debía hacerlo. Su familia era muy pobre y necesitaban el dinero para sobrevivir. Chispita se sintió muy triste por el niño y decidió ayudarlo. Recordó que en su mina había una joya incrustada que podría venderse y darle el dinero al niño para ayudar a su familia. Sabiendo que necesitaba la ayuda de sus amigos, Chispita reunió a la alpaca, al zorro, a la vizcacha y al puma para que lo ayudaran a extraer la joya de la mina. El trabajo fue peligroso, pero todos trabajaron juntos con fuerza y determinación. Al final, después de horas de arduo trabajo, lograron extraer la joya. Era una piedra preciosa grande que valía mucho dinero. Chispita le entregó la joya al niño y le explicó su valor. El niño, emocionado y agradecido, prometió usar el dinero con sabiduría para ayudar a su familia y les agradeció otra vez antes de irse. Chispita y sus amigos se sintieron felices de haber ayudado a alguien necesitado y se despidieron con una gran sonrisa. Luego, volvieron a explorar las montañas del Perú, aprendiendo más sobre la naturaleza y divirtiéndose juntos. Chispita y la amistad en las montañas del Perú
RkJQdWJsaXNoZXIy MTM0Mzk2