69 68 La Tierra y sus minerales Después de recoger todas las mazorcas, las llevaron a vender al pueblo, y tuvieron mucho éxito en la venta, ya que lograron un buen precio por ellas. Como les fue bien en la cosecha y en la venta, decidieron volver a sembrar más. Kalaca comenzó nuevamente a labrar el suelo, que ahora se había convertido en la fuente de trabajo de toda su familia y vecinos. En una de tantas ocasiones en las que trabajaban el suelo, Kalaca encontró una roca brillante y llamó a su madre. —¡Mamá, mamá! ¡Encontré el tesoro que mi abuelo me contó! ¡Sí existe! —gritó emocionado con fuerte voz. Ambos se pusieron muy contentos y se abrazaron. Sin embargo, al ver cómo día a día su familia y vecinos trabajaban juntos y felices, comprendió que el tesoro más grande que tenía en la vida era la unión familiar y la felicidad que existía entre todos ellos. Entonces dijo: —El oro y los diamantes son minerales de la Tierra, pero la verdadera riqueza es la unión y la alegría que disfrutamos al trabajar juntos el suelo, que nos da sus alimentos sanos cada día. Colorín colorado, este cuento se ha acabado. Las aventuras de un niño llamado Kalaca
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