Libro La Tierra y sus minerales | Segunda edición

89 88 La Tierra y sus minerales observar que cavaban los cerros, y vio a muchos hombres trabajando de forma ardua. Luego, notó que el pueblo, que siempre estaba en silencio, se volvió más bullicioso, con rostros nuevos, más alegre; parecía tener vida, y esto le gustaba. Con el paso del tiempo, se construyeron en su pequeña ciudad una posta médica y una escuela. ¡Y lo mejor!, pensaba ella, era la biblioteca, llena de libros maravillosos. Estaba feliz con la nueva escuela. Antes, cuando su hermanito se enfermaba, y tenía una tos fuerte, su mamá le preparaba agua de hierbas amargas, que se veía obligado a tomar. Pero ahora, cada vez que se ponía mal, tomaba jarabes que les proporcionaba la posta médica. Selena estaba feliz de ver cómo su pueblo tenía más servicios para atender a todos. Así, terminó de estudiar y salió elegida como la mejor alumna de su promoción. Llegó el día de despedirse de su familia para ir a estudiar a la universidad. Gracias a sus buenas notas y a su origen humilde, había ganado una beca integral de estudios en la capital del país, Lima. Tenía grandes deseos de poder llegar a ese lugar porque había escuchado tantos comentarios. Pero, sobre todo, deseaba estudiar y tener una profesión. A raíz de la llegada de tantas maquinarias y personas nuevas a su comunidad, una palabra que le había quedado marcada era “minería”, por lo que decidió estudiar la carrera de Ingeniería de Minas. Selena llegó a Lima y empezó a estudiar en la Universidad Nacional de Ingeniería. Al principio, le pareció muy difícil, pero no imposible, y no tuvo tiempo para echarse atrás. Entonces decidió concentrarse mucho y siempre pedía ayuda si la necesitaba. Extrañaba mucho a su familia y a su pueblo; sin embargo, fue muy fuerte y decidida. Poco a poco, fue conociendo Lima y aprendió a movilizarse sola. Le costó, pero lo logró. Un día se perdió, y eso le sirvió para conocer el nombre de una avenida que nunca olvidaría: la avenida Túpac Amaru, donde quedaba su universidad. Su hermanito, que se había quedado en casa, fue creciendo y asumiendo los roles del trabajo que antes realizaba ella. Sus padres extrañaban mucho a Selena. Siempre le escribían y se comunicaban con ella por el celular, mediante videollamadas. La perseverancia

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