Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), comenta el rol simbólico que podría jugar Tía María en la reactivación económica y cómo se frustró el inicio de la construcción del proyecto San Gabriel, que se aplaza al 2021.  

¿En qué punto de la reactivación del sector estamos hoy?

El consumo de energía ya está al 90% en la industria minera, que es un buen indicador. El cobre en los primeros días de julio debería llegar a producción al 100%. Dicho eso, la producción ha sido impactada en 60 días. 

¿Qué más se podría hacer para acelerar la reactivación?

Desde el IIMP y la SNMPE venimos proponiendo adoptar el silencio administrativo positivo. No cambia ningún estándar y se mantienen las especificaciones por cumplir. Podría incluirse una caución como una carta fianza. Es una forma de que los plazos se cumplan y podamos acelerar los nuevos proyectos.

¿Deberíamos esperar que los proyectos regresen pronto?

Primero regresará la producción, pero en la medida que no haya confianza en el largo plazo hay proyectos que se pueden postergar. Tía María es más importante que antes; es un penal sin arquero. Si lo desarrolláramos en estas circunstancias sería muy visible nuestra apuesta como país. Requiere que el liderazgo que se ha tenido para enfrentar la crisis sanitaria tenga la misma energía para la reactivación económica. 

¿No hay la sensación de que este gobierno ya le ‘echó tierra’?

No estoy en los zapatos del presidente, pero si lo estuviera, pensando que tras el 28 de julio ya no se le puede vacar, veo dos caminos. O busco los aplausos del corto plazo, o tomo decisiones difíciles que marquen el rumbo de crecimiento del país y cómo me recordará la historia.

¿San Gabriel se ejecutará en el corto plazo?

Es un proyecto con EIA aprobado e ingeniería terminada, pero surgió como trámite de última hora la consulta previa. Está detenido porque el Ministerio de Cultura no entiende que hoy ésta se debe hacer por medios virtuales. Ya tenemos acuerdos firmados por los terrenos, ya hicimos la participación ciudadana, pero ha ganado de nuevo la permisología sobre el sentido de urgencia. Creo que se resolverá más hacia el 2021. 

¿Hay forma de evitar la consulta previa presencial?

Cultura se ha terminado imponiendo, no el Minem ni el MEF. Por más que hablamos con ambos, no logramos que cambie su posición: Cultura insiste en que la asamblea sea presencial. En un país que requiere inversión para reactivarse y cuya pobreza está en aumento, no es un tema menor.

Fuente: Semana Económica